La Bisbal d’Empordà es hoy uno de los centros cerámicos más importantes de Cataluña. La importancia de esta actividad se refleja claramente en el paisaje urbano de la ciudad, caracterizado por las esbeltas siluetas de antiguas chimeneas industriales y por un área comercial fuertemente orientada a la comercialización de los diferentes productos cerámicos.
La cerámica es y ha sido una de las principales actividades económicas de la población, como mínimo desde el siglo XVIII (la primera noticia documentada sobre el oficio de alfarero en La Bisbal data de 1502). Artesano, creador, artista, casi un alquimista, el ceramista de La Bisbal es muchas veces el último peldaño de una familia con generaciones dedicadas al viejo trabajo de dar forma a la arcilla. Formas utilitarias, artísticas, experimentales, artesanas o industriales… Se puede encontrar de todo en la larga historia cerámica de la Bisbal.
La cerámica es y ha sido una de las principales actividades económicas de la población, como mínimo desde el siglo XVIII (la primera noticia documentada sobre el oficio de alfarero en La Bisbal data de 1502). Artesano, creador, artista, casi un alquimista, el ceramista de La Bisbal es muchas veces el último peldaño de una familia con generaciones dedicadas al viejo trabajo de dar forma a la arcilla. Formas utilitarias, artísticas, experimentales, artesanas o industriales… Se puede encontrar de todo en la larga historia cerámica de la Bisbal.
La cerámica de La Bisbal ha experimentado cambios significativos en el decurso de su historia, la cual ha ido haciéndose de forma paralela a la importancia creciente que ha logrado esta actividad. Hasta el siglo XVIII, la producción se limitaba al ámbito estrictamente local; a partir del siglo XVIII y concretamente a finales del mismo, coincidiendo con el impulso demográfico que experimentará Cataluña, crece la demanda de cerámica de La Bisbal. Este aumento de la producción se detecta a partir de la presencia cada vez más evidente de productos de La Bisbal en los principales mercados de Cataluña (Gerona, Olot, Mataró…).
A partir del siglo XIX, y sobre todo durante la segunda mitad del siglo, la cerámica de La Bisbal vive su edad de oro. Sus productos, no solamente se comercializan en Cataluña, sino que también llegan a las colonias españolas de ultramar. En el decurso de este siglo asistimos a un proceso gradual de especialización que busca mejorar la rapidez y la sencillez del trabajo. El siglo XIX es el siglo de la técnica decorativa de la trepa.
A lo largo del siglo XX, el abandono gradual de las actividades agrícolas y ganaderas tradicionales por un modelo de sociedad mucho más urbana e industrial, así como la aparición de nuevos materiales substitutivos de la cerámica como el plástico o el acero inoxidable, rompen la coherencia que había entre el producto y su destinatario y condenan las producciones de cerámica tradicional a un segundo lugar.
A partir de los años cuarenta del siglo XX, la producción de cerámica tradicional experimentará un descenso muy importante provocado por los grandes cambios culturales, económicos y sociales que irrumpieron después de la Guerra: la aparición de nuevos materiales y de nuevas formas de vida hace que los objetos de alfarería pierdan la función para la cual habían sido creados, y se transformen en objetos básicamente decorativos para adaptarse a las nuevas necesidades. Se incorporan los adelantos técnicos al proceso de elaboración para facilitar el trabajo y abaratar los costes (steck y prensa para hacer los platos), y en la decoración el jaspe coge mayor relevancia.
Esta situación de desestructuración de la cerámica tendría que haber acabado con ella a no ser por el “Boom” del turismo que llegó a partir de los años cincuenta. La aparición del turismo de masas permite a algunos artesanos de La Bisbal reorientar su producción.
Aun así esta circunstancia tuvo consecuencias importantes en el tipo de producción: a partir de este momento los objetos pierden el sentido del equilibrio que mantenía unidas la función y la forma y empieza una etapa caracterizada por un “abarrocamiento” NOTA: referente al estilo barroco de las formas y de las técnicas decorativas.
Actualmente, La Bisbal se diferencia de otros centros fabricantes de cerámica en que la producción de artículos de cerámica se encuentra muy diversificada; no solo se producen artículos de alfarería, sino que existe un sector muy importante dedicado a la cerámica aplicada a la construcción y otro, a la elaboración de cerámica decorativa. Todo ello configura una población que vive vinculada a la cerámica, sin olvidarnos de que existen otras industrias que suministran materias primeras, equipamientos y maquinaria a la mayoría de talleres artesanos y fábricas de cerámica de la ciudad. Actualmente, esta dedicación se extiende a casi todas las posibilidades de fabricación, de investigación y de comercialización que ofrecen los productos cerámicos.
Además de la intensa actividad industrial y económica que brinda la cerámica a la población, hay que tener en cuenta las diferentes actuaciones que a nivel institucional se están llevando a cabo, tanto a través de los aspectos formativos (Escuela de Cerámica) como a través de aquéllos estrictamente culturales, sin descartar los de recuperación de los testimonios materiales generados por esta actividad (Terracotta Museo). El Museo de alfarería y cerámica industrial de La Bisbal es una de las pocas instituciones que existen en estos momentos en Cataluña y que tienen por objeto principal la preservación, la conservación y la difusión del patrimonio material y cultural de la cerámica.
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